Crespo Lindo Cine y el trabajo con actores “no actores”

Reseña: Cortópolis. Charla con Maximiliano Schonfeld y Proyección de su retrospectiva.
Viernes 6 de octubre. Auditorio CePIA.

Por Mercedes Noguera (Adscripta Área de Comunicación CePIA)
Imágenes: Equipo de Cortópolis

A orillas del escenario Martín Emilio Campos conversa con Maximiliano Schonfeld. Micrófono en mano, nos cuenta su experiencia y puntos de vista sobre el cruce entre lo que hay de ficcional en el documental y lo que existe de documental en la ficción.

Las palabras nos llevan a Crespo: capital nacional de la avicultura. Una pequeña ciudad de 20 mil habitantes en Entre Ríos donde viven los alemanes del Volga. El cine de Schonfeld es Crespo Lindo. Sus películas tienen que ver con ese espacio al que siempre vuelve. A Maximiliano resulta cómodo filmar allí, porque todo el mundo sabe lo que él hace. Sin embargo, a la hora de la recepción al público en general le cuesta el tipo de narración alternativa que propone desde Crespo Lindo Cine.

La filmación con no actores resulta un elementos documental en las películas de Schonfeld. Se puede ver un trabajador haciendo sus tareas cotidianas en el campo como si fuera algo espontáneo pero evidentemente los movimientos de cámara, la cuestión lumínica y el trabajo formal cinematográfico denotan que se trata de una persona “actuando” de ella misma.Schonfeld expresa que generalmente no sabe cómo dar a entender que es gente que no se dedica a la actuación y está actuando. “A la hora de dirigir aprovecho situaciones de ellos y tienen el control. Yo intento canalizar lo que sucede. Si planteo la película como un documental los no actores entienden que pueden hacer lo que ellos quieren y se auto dirigen. Uno marca un horizonte y todos vamos a ese lugar”.

Maximiliano escribe guiones con marcaciones y palabras cercanas para los no actores ya que a la mayoría les cuesta memorizar. “Siempre hay una negociación: que el actor enuncie un texto que no le sea extraño y que yo tenga lo que quiero”.

El realizador comenta que tiene una alarma interna que le avisa hasta qué punto exigir y que tiene la costumbre de no generar jamás en los no actores situaciones emocionalmente fuertes ni nada por el estilo. “Lo que me gusta es tener para cada no actor un tipo de herramienta distinta. Elijo a alguien, a una persona que me interpela o que quiero seguir investigando y lo que hago primero es ver cómo surge la relación y con qué estímulos está dispuesto a venir a filmar conmigo”.

Durante la realización de su ópera prima Germania (2012), Schonfeld mostraba a los no actores las pruebas de filmación. Al terminar el rodaje la película, se encontraba recién a la mitad del proceso. El Director comparte historias de la intimidad de la experiencia que reflejan que el compromiso con los no actores va mucho más allá de la película.

La segunda película del realizador, La helada negra (2015), cuenta con el protagonismo de Ailín Salas quien es actriz en un contexto de no actores. Maximiliano Schonfeld relata la manera en que todo lo que sucedía a nivel ficcional sucedía también en la vida cotidiana de los participantes. La película fue testigo de esa interacción.

La siesta del tigre (2016) es la reciente película del realizador que se estrena en el marco de Cortópolis, en el Cineclub Municipal Hugo del Carril. Maximiliano relata que “podría haber sido una ficción, pero desde el momento en que yo usé la palabra documental todo cambio para los no actores. Bajaron la guardia completamente y eso me sirvió para poder arquear la ficción para el lado que yo quería. Este tipo de palabras clave hacen que yo vaya acomodando el proceso de dirección”.


 Proyección Retrospectiva

Maximiliano Schonfeld habla sobre sus comienzos con los cortometrajes y los presenta como experiencias bastante erráticas. “Los cortos son sumamente imperfectos. Me doy cuenta también de que fueron realizados con mucha inocencia, que es lo que más me gusta de alguna manera; la inocencia de filmar sabiendo que los cortos se van a ver en nuestro pueblo”. La muestra está integrada por tres interesantes videos: Snorkel (2005), Entreluces (2007) y Auster (2014).

El Director comenta que cuando terminó la Licenciatura en Cine y Televisión, en la entonces Escuela de Artes de la Facultad de Filosofía y Humanidades (U.N.C), había fallecido su padre, quien nació y pasó toda su vida en Crespo. El cortometraje Snorkel (2005), “es un trabajo de exploración de la identidad, de cómo había sido la vida de mi papá de joven. Se dispara hacia algunas pequeñas hipótesis”.

Para el realizador, el corto Entreluces (2007) “explora el vínculo campo-ciudad. Ya había tomado cierta conciencia del espacio que quería transitar. Empecé a trabajar con no actores, que son gente que vive en el campo. La exploración fue alrededor de cómo era la vida de esos jóvenes y cómo se vinculan con la ciudad.

Otra de las propuestas que se presentó fue Auster (2014), un cortometraje filmado en la patagonia argentina, realizado junto a la directora estoniana Kadri Kõusaar.

Schonfeld asegura que “Hay que confiar. Las películas son dispositivos para que después se pueda disparar algo”. Con esta expresión se refiere a su mayor logro: que la energía de lo artístico sobreviva mucho más allá de las películas.

Maximiliano Schonfeld quería ver una película hecha en el pueblo. Hoy agradece ser comparado con Juan José Saer, porque lo considera un escritor increíble que lograba que él se absorbiera en el mundo de los personajes mientras caminaba por Santa Fé y anhela que a alguien le pase lo mismo en Crespo.