ADVA y los videojuegos en Argentina

Reseña: Anima (Festival Internacional de Animación de Córdoba).
Módulo 3: Formas de acceso a mercados. 11 de octubre de 2017, Auditorio, CePIA.

Por Mateo Berlaffa (mateoberlaffa@gmail.com)
Imágenes: Daniel Isoardi (Equipo RDA-CePIA)

En el marco del Festival Internacional de Animación realizado en esa ciudad (y único festival de animación del país), Martina Santoro junto a Hernán López y Mauricio Narvajas brindaron, en el auditorio del CePIA, una charla sobre la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos en Argentina (ADVA), cómo trabajan, y su modo de producción de videojuegos en nuestro país, una industria creativa que crece paulatinamente. ADVA, nos cuenta Martina, surge en 2004 como una organización sin fines de lucro con el objetivo de promover el crecimiento de la industria del entretenimiento digital e interactivo. Actualmente, la asociación se encuentra vinculada con otras asociaciones internacionales y cuenta con un gran número de desarrolladores de videojuegos en todo el país.

De manera sintética, Martina dio un pantallazo general sobre la situación de la producción de videojuegos en el país hoy: el 95% de la producción se exporta al exterior para su comercialización. Tiene una facturación anual de 300 millones de dólares (superando incluso a la facturación del cine, por ejemplo), y genera a su vez más de 2000 empleos con una edad de 27 años promedio en sus trabajadores, lo que la define claramente como una industria joven. 

Un ejemplo del notorio crecimiento en nuestro país de la producción de videojuegos en estos últimos años lo devela Master of Orion (2015), juego desarrollado en la ciudad de Buenos Aires en el que participó mucha gente nativa de la animación cinematográfica, lo que le dio una impronta visual más vinculada al séptimo arte, principalmente en las presentaciones del juego.

Otro claro ejemplo de esto es el juego Preguntados (2013), creado por la empresa Etermax, cuyo equipo consta de 200 personas encargadas del mantenimiento y correcto funcionamiento del mismo.

Se puede decir que la industria de videojuegos ya se ha asentado en nuestro país y busca (intenta) consolidarse en distintos puntos de Argentina en esta última década. Su tendencia visual, narrativa y planteamiento estético no pueden pensarse sin tener en cuenta la influencia cinematográfica que ha sufrido. Esto lleva a la necesidad de contar con personas del ámbito de la animación, el cine y el diseño gráfico para plantear y delinear los criterios visuales y sonoros de los juegos creados a gran escala. 

A su vez, están también aquellos videojuegos pensados para dispositivos móviles, como tablets o teléfonos, cuya preponderancia corren más bien por la estrategia o dinamismo en su jugabilidad y no por su complejidad gráfica. Para ambos, las destrezas al momento de desarrollar un videojuego deben considerar en todo momento lo visual. Si no resulta atractivo a la vista, será muy complicado conseguir jugadores/seguidores para determinado videojuego. Todo ello responde al momento en el que nos encontramos, una época de hiperestímulos visuales, transitorios e inmediatos. La disputa hoy entre los distintos dispositivos es una disputa por la atención del sujeto, sin su atención, estos dispositivos pierden su motivo y razón de ser.