“Un animal dentro de un animal” es una propuesta de danza teatro de la compañía Archipiélago que nos promete vivenciar una obra donde el movimiento transmuta en cuerpos y sonido
Por Marianella Monzoni (Ayudante Alumna CePIA) y Mercedes Noguera (Adscripta CePIA)
La sala, como si fuera un anfiteatro, dirige nuestras miradas al centro. Los cuerpos, no miran, son mirados con expectación. Las líneas de un cuerpo pueden por momentos más que el otro, ¿o son el mismo animal?
“Un animal dentro de un animal” es una obra que recurre a la dramaturgia de un teatro y la técnica de diferentes estilos de danza para una puesta en escena poética, inquietante, que busca una articulación inédita entre danza, sonido y teatro. La danza se exterioriza como ese nuevo lenguaje que nos hace callar, mientras los cuerpos intentan sacar sonidos desde adentro. El sonido se construye en total consonancia con los movimientos, frenéticos, dislocados, que por instantes coinciden, se funden en para encadenarse en cada mínimo desplazamiento mientras en otros se rechazan, se distancian con aversión.
El movimiento parte de la música que se recrea desde la guitarra con recorridos de piano, con golpes de percusión y frotes de arco de violín. Cada movimiento se percibe amplificado en el espacio. Los sonidos se deslizan por entre los cuerpos, los guían, a veces como viento, como huesos, como ataque.
Quizás en el momento justo en que la luz te ciegue y no alcances a distinguir si un animal está dentro, fuera o acechando a otro te preguntes, como la obra invita: “¿Qué nos habita? ¿Qué se aloja dentro de cada desplazamiento milimétrico de la piel? ¿Qué memorias nos danzan?”
La puesta en escena está protagonizada, bajo la dirección de M. José Guzmán, por Ana Linder y Erika Lipcen de la compañía Archipiélago y cuenta con música en vivo a cargo de Mariano Gentile. Se ha estrenado durante el mes de junio en el CePIA. La última función es este viernes a las 20: 30 hs. No pierdan oportunidad de asistir y ser testigos de Un animal dentro de otro animal; tal vez, puedan terminar dándole algún sentido a las plumas que quedan oscilando en el aire al final de la función.
