Por Mercedes Noguera. (mercedes.noguera@gmail.com)
Imágenes: Daniel Isoardi (Equipo RDA-CePIA)
El escenario del Auditorio se vacía a la espera de quienes integran Tito & los enemigos del pulso.
Las luces a punto, el espacio en orden, antes de empezar una foto de recuerdo que documenta la presencia de 12 jugadorxs musicales.
Los instrumentos en semicírculo frente al público. A la izquierda el violín, la flauta traversa, el órgano, guitarra y bajo y a la derecha la completa percusión.
La propuesta transita, con lenguaje de señas, un juego de improvisación que el grupo denomina laboratorio. Así trabajan criterios musicales que suenan a festejo y expresan la invitación: “¡que se arme el bailongo!”.
De a unx van entrando lxs musicxs a ejecutar su ritmo y así se van sumando al sonido general. El público lxs recibe y también ellxs se dan la bienvenida.
El director ocupa el centro y se dispone a orquestar (quizá baila porque su cuerpo acompaña el movimiento de sus señas).
La música parece candombe, el volumen aumenta y termina en una pausa fugaz que deja oír sólo los cencerros.
A la seña del director cada instrumento obedece y se construye la improvisación.
El rol de director es rotativo y es quien lleva adelante el juego de improvisar.
Lxs músicxs atentxs al director aceptan las señas y participan con alegría del lenguaje gestual. El desafío es imitar la indicación y/o contagiarse.
La fiesta suena a candombe, a jazz, a trova, se pone rockera o se suaviza según la indicación de cada director. Con señas más preparadas o instantáneas, quien dirige organiza la melodía hacia el tango, el malambo, o indica al público que se sume con palmas.
Un intervalo, antes de la parte final del concierto: improvisación con texto.
Otro director organiza las voces y lxs músicxs- lectorxs aportan al sonido.
Mi grabadora de voz está completa y el espacio para videos y fotos también. Fue mi intento por llevarme de alguna manera el momento fugaz de una improvisación.
Estamos invitados a la próxima función de “Tito & les enemigues del pulso” que expresan con humor “necesitamos que nos escuchen”.