Reseña: Dispositivos de percepción. Conferencia de Guillermo Cacace (UNA, Bs. As.). En el marco de las IV Jornadas de Análisis de Procesos Creativos en Artes Escénicas.
23 de Junio de 2016. CePIA
Por Yamila Zayat (yamizayat@hotmail.com)
Imágenes: Christian Paleari y Marco Buontempo
Guillermo Cacace es actor, director y docente de actuación. Responsable de los Laboratorios de Actuación y Dirección de Actores, como así también, Director Artístico de Apacheta Sala/Estudio. Participó en múltiples espectáculos alrededor del mundo. Hoy se encuentra dirigiendo tres obras en Apacheta Sala de Estudio: Bulto Magno, La crueldad de los animales y Mi hijo sólo camina más lento.
La conferencia de Guillermo Cacace se despega rápidamente de la definición de conferencia formal y sus formas habituales. El actor, director y docente de actuación nos invitó a vivenciar el espacio desde diferentes dispositivos, a poner el cuerpo, mover el cuerpo, escuchar, preguntarnos e interrogarlo.
Guillermo relata su experiencia, la de su cuerpo a través de los procesos creativos. En la manera de recorrer estos caminos, el director busca abismos para entender la escena y llega a los límites para reconocer los lenguajes: “Hay cosas que no puedo resolver a nivel conceptual y racionalmente me daría tanto miedo enfrentarme, que necesito convocar ese cuerpo de actor: que ese cuerpo juegue”.
Se identifica como un actor a cargo de la dirección. La experiencia lo fue formando como director. Retoma la idea del no control y sostiene: “No puedo diseñar cómo enfrentarme a lo que me abisma, en cambio sí puedo expresarlo corporalmente”. El cuerpo del actor es central en su discurso, en sus palabras. Lo describe como un cuerpo que violenta y es violentado. El cuerpo que lucha por el control. Entonces… ¿Quién dirige? Lo inseguro, lo real, la certeza imaginaria. La historia de ese cuerpo, las marcas que lo tapan, el cuerpo traicionado, el cuerpo capaz de engendrar vida. Es así, que entonces también dirige un cuerpo, que es actor frente a otro.
Guillermo Cacace es un director que no deja de ser actor. Y un actor ligado a su cuerpo. Nos dice que la dirección “pica, estresa, arde, refresca y marea” y está lejos de ser una actividad con un rumbo único. Renuncia a un concepto universal de director. Para él, un director: “Tal vez sea un cuerpo que convoca a otros tantos cuerpos. No quien tiene a priori el concepto integral de toda la obra”.
Finalizando la conferencia, Cacace comenta que: “Meterse en la cocina de los procesos creativos no es venir a dar fórmulas. Su búsqueda, su idea, es abrir esas fragilidades que permiten confundirlo y buscar otros caminos”.