Las lámparas se están muriendo: la imagen grotesca del cuerpo

Director: Comandú, Marcelo Andrés.                   

Responsable: Oviedo, Andrés.      

Integrantes: Cordero, Gerardo Ariel y Valdez, Patricia Gloria.

Este proceso de producción reside en el campo de las artes escénicas y se inserta en la estética del grotesco. Nos mueve las preguntas ¿Cómo se produce una experiencia grotesca contemporánea en el arte escénico? Y en su relación con el gesto, nuestro material de trabajo; ¿Cómo se puede determinar un gesto grotesco en esta sociedad, donde las producciones culturales de los márgenes re-circulan por el centro y viceversa?

El concepto de grotesco, como hoy lo conocemos, es la evolución del sustantivo grutesco (procedente de la gruta) relacionado con la pintura decorativa de los siglos XV y XVI; después trasformado en adjetivo (Francia Siglo XVII) en donde aparece el sentido moderno: “que provoca la risa a través de lo extravagante”. Las prácticas artísticas grotescas se caracterizan por tratar la degradación, la destrucción, lo absurdo, la hibridación humano-animal, el caos, la pérdida de identidad, la fragmentación, la desproporción, la simultaneidad de lo cómico con lo horroroso,  entre otros. A partir del estudio sistemático del grotesco en la segunda mitad del siglo XX  se lo consideró como categoría estética ya que apunta hacia tres dominios: el proceso creador, la obra y la percepción de ésta.[1]

La propuesta escénica de “Las lámparas se están muriendo: La imagen grotesca del cuerpo” se concibe a partir de un mundo fragmentado y en ausencia de un relato totalizador, mostrando al humano como un ser escindido. Los límites de la representación son bordeados para que surja un teatro poliescénico, simultáneo, fragmentado en el que pueda verse una constelación de lenguajes dialogando entre sí, por tensiones y distensiones.

Para llevar a cabo la investigación organizaremos el trabajo en tres fases: en una primera fase recolectaremos material en torno a la estética grotesca, analizando el potencial gestual. Posterior a esta etapa, vincularemos la materialidad del actor (su cuerpo) con otros lenguajes escénicos (iluminación, sonido, escenografía, vestuario, texto dramático literario) en un proceso de experimentación en pos de vincular gesto y grotesco. Luego intentaremos definir los significados que se generan a partir del cruce de lenguajes y comenzaremos por abordar y construir el hecho espectacular. Es una metodología laboratorio que valora el rol del investigador-artista.

Se concluirá con la creación de una puesta en escena de carácter multimedial con el objetivo de hacer vivenciar en el espectador una experiencia grotesca; estimulando los sentidos y provocando una distancia reflexiva, perceptiva y no lineal con el mundo. La participación del espectador completa el vínculo.


[1] Véase Kayser W. “Lo grotesco. Su configuración en pintura y literatura”