Reseña: INMERSIÓN #3. 12, 13, 14 y 15 de marzo de 2019. Sala Jorge Díaz, CePIA.
Por Luis Ceballos (Equipo de Comunicación-CePIA) Imágenes: Julia Barnes Gormaz y Paula Trimano (Equipo RDA-CePIA)
Los días 12, 13, 14 y 15 de marzo de 2019 se llevó a cabo la tercera edición del ciclo Inmersión, en el marco del proyecto CePIABIERTO 2018. En los días de la actividad se realizaron puestas en escena, trabajos de taller, debates y desmontaje de los trabajos de la propuesta. Cada asistente pudo compartir con realizadores una experiencia lejana a la cotidianeidad.
El primer día de inmersión comienza, se abre la puerta e ingresamos a la sala sabiendo que presenciaremos algo pero también sorprendidos con la propuesta. Dentro de la sala vemos a cuatro cuerpos en escena, son mujeres caminando y realizando esa acción tan simple como la de ir de un lado a otro, manteniendo la postura de la caminata normal que cualquier persona realizaría en otro lugar. Esas caminatas son tranquilas, cuando llegan a un punto del espacio en donde no pueden seguir hacia adelante realizan un giro y continúan hacia otro lado. De esta manera y durante una hora aproximadamente realizan la misma acción con algunas variantes como la de caminar más lento o más rápido, tal vez correr, pero nunca detenerse. Las actrices poseen un vestuario particular y con cierta combinación de cada una, es simple pero se nota una preocupación por la idea de mostrar una forma de vestirse con un acuerdo previo de tipo de vestuario. Poseen pantalones que van desde el más ajustado hasta el mas suelto, pasando por los intermedios del diseño en cuanto a la forma, y zapatillas de colores primarios.
Después de la escenificación de la acción, pasamos a una instancia donde los/as espectadores/as involucran el cuerpo para realizar las acciones que propone la coordinadora. Con consignas vamos jugando con diferentes movimientos. En una actividad más grupal, probamos la cámara lenta en fila. Caminamos uno al lado del otro agarrándose de los meñiques y con los ojos cerrados. La consigna es hacer 10 pasos pero cómo si tuvieras toda la vida para hacerlo. De esta manera probamos lo que es caminar muy lento hacia adelante. En el siguiente momento se propone una actividad de intervención. Salimos al parque y, ubicados/as en una plaza de ciudad universitaria, nos paramos en parejas uno/a frente a otro/a, pero a una distancia de varios metros. La consigna es caminar en cámara lenta con la misma premisa de la actividad anterior y llegar al punto del otro/a. Algo sucederá cuando un cuerpo cruce otro cuerpo. Por último realizamos una relajación en parejas transmitiendonos comodidad y relajando el cuerpo con masajes y delicados movimientos corporales. De esta manera, el primer día de trabajo y expectación termina. Al final realizamos una charla donde exponemos algunas perspectivas de la experiencia del día.
El segundo día, realizamos primero una actividad grupal que comprende el calentamiento y la realización de acciones. Después observamos una nueva escenificación, las actrices y la coordinadora mostraron una propuesta de acciones que comprendía caminar hacia atrás. Debían hacer algo similar a la actividad del día anterior, pero la forma de hacerlo cambiaba, ya que al ir hacia atrás se notaban los diferentes movimientos a la trayectoria opuesta. Los cuerpos giran y marchan, también se chocan y aumentan o disminuyen la velocidad. Esto sucede durante casi una hora. Los cuerpos terminan cansados y tienen que relajarse en el piso, tomar agua y tranquilizarse.
A continuación, hicimos una actividad similar a la premisa del día anterior. Caminamos con los meñiques agarrados y en cámara lenta, pero fuimos hacia atrás en la caminata y esto la transforma en una nueva experiencia. Al finalizar todas las actividades, conversamos nuevamente sobre lo vivenciado. Los asistentes contaron cómo habían experimentado cada actividad y los puntos de vista que, a veces, coincidían con la mirada de otro/a participante o simplemente discernían.
El tercer día, llegamos y empezamos con la propuesta por parte de la coordinadora de caminar una hora por ciudad universitaria. La consigna era salir del espacio y regresar en una hora, caminar sin detenerse por cualquier lugar del exterior. Terminando de volver, esperarnos de pie frente a la puerta de ingreso, dentro de la sala y descansamos. Finalmente en ronda y sentados en una silla, conversamos sobre la actividad y lo acontecido los días anteriores.
En el último día, entramos al espacio y vimos una propuesta escénica con vestuario, maquillaje y escenografía. Los cuerpos están en el espacio como detenidos en una posición pero, al pasar el tiempo, observamos que se mueven en cámara muy lenta y así cambian la posición. Después de observar por 45 minutos la situación, dimos lugar a un debate sobre lo sucedido y toda la experiencia desde el primer día. Cada uno/a de los/as asistentes y participantes relatan sus vivencias. Finalmente, la directora del proyecto también expuso su apreciación sobre lo acontecido.
Las opiniones varían y la vivencia personal de cada asistente dejó entrever sus posturas frente a cada actividad, se pudo reflexionar libremente y aceptar las diferencias o similitudes de cada exposición. La armonía transformó el debate en un momento singular de enriquecimiento de ideas y apertura de imaginarios para la vida y el hecho teatral.
La dirección y coordinación artística estuvo a cargo de Talma Salem. Las intérpretes y creadoras fueron Mariana Saur, Melanie Passardi, Roxana Martin, Sabrina Lescano y Talma Salem. La directora del proyecto fue Paulina Antacli, con el acompañamiento y producción de textos de Penélope Arolfo.