Plataformas de financiamiento colectivo: cómo transportar ideas de las nubes a la tierra

Por Rosario Sciu (Ayundate Alumna del CePIA)  // Registro fotográfico Romina Martino (Adscripta CePIA)

 

El pasado Viernes 9 de octubre en el CePIA se desarrolló el primer seminario de formación en el marco del ciclo PLANEADOR, cuyo principal objetivo es brindar herramientas a los asistentes para el desarrollo de proyectos culturales, así como presentar diversos ejemplos ya existentes a través de los invitados de cada ocasión. En esta primer jornada, el tema convocante fue el financiamiento colectivo, trabajado a través de la presentación de plataformas web diseñadas especialmente para ello y de numerosos ejemplos de personas que las han usado, o lo están haciendo actualmente.

Pero, ¿Qué es el financiamiento colectivo? Nada más y nada menos que la manera de convocar a cuantas personas sea posible, para que aporten dinero –lo cual es siempre recompensado- para costear un proyecto y así llevarlo a cabo. Es el empoderamiento de un recurso tan clave de nuestra época como es internet, para que juegue a favor de cualquier persona, o colectivo de personas emprendedoras que deseen hacer una idea realidad, para que el dinero no sea un obstáculo. Las plataformas revisadas en PLANEADOR, Ideame y Panal de Ideas, despliegan la posibilidad de emanciparse –si así se lo elige- de subsidios, becas y financiamientos de agencias, organismoso quien fuere, muchas veces difíciles de conseguir.

Como es de esperarse, el proceso que va desde elegir la financiación colectiva hasta cobrar el dinero recaudado, lleva cierto tiempo y trabajo. Quien se proponga esta manera de accionar, deberá elaborar una campaña para invitar a los posibles colaboradores a que conozcan y confíen en su proyecto, lo cual no es tarea menor. Estrategias de comunicación, marketing, un calendario, planificación son puntos en los cuales conviene detenerse a la hora de recurrir a Ideame o  Panal de ideas. Para que la recaudación resulte exitosa es necesario interpelar a quien está del otro lado de la pantalla mostrándole el valor de lo que quiere llevarse a cabo y hacerlo formar parte: con su aporte, tomará un lugar activo en la realización, cuya concreción depende enteramente del conjunto de colaboradores, allí radica su importancia. 

“Un largo, accidentado, insólito y maravilloso viaje” es la experiencia escénica de Daniela Martin, el cortometraje “Humita” de Noelia Carrizo, los largometrajes “Belgrano, una película pirata” y “21”, y el disco “Oír e ir” de Rodrigo Carazo, son algunos ejemplos de producciones culturales financiadas, en parte, colectivamente a través de Ideame y Panal de Ideas. Durante el seminario narraron sus diferentes experiencias dando a conocer diversas maneras de proceder y conseguir lo deseado: la realización de sus obras.

Las posibilidades están dadas, las fronteras abiertas, herramientas como éstas no sólo brindan la oportunidad de superar los obstáculos financieros para llevar a cabo un proyecto, si no que también desdibujan los roles tradicionales en la producción cultural. Quien hace y quien recibe lo realizado dependen recíprocamente de sí mismos. Apostar al financiamiento colectivo es apostar a la autogestión, a la confianza en el otro y al sentido comunitario de participación.

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