Por Leonardo Corzo (Ayudante Alumno CePIA)
Registro fotográfico realizado por Romina Martino (Adscripta CePIA) / Marco Buontempo (Ayudante Alumno CePIA)
No fue sino hasta la última de las obras, cuando el concierto concluía y de las cuerdas del violonchelo salían arrancados los últimos jirones, que me di cuenta de que no había entendido nada. Ni uno solo de los sonidos. Ninguna vibración, ninguna pulsación ni movimiento. La música violentaba mis fibras desde y hasta la más profunda de mis percepciones, dejándome más confuso a cada momento.
Recordé entonces las palabras de Eduardo Spinelli, una de las cabezas conceptuales y organizativas detrás del Forum nueva música, a quien había entrevistado horas antes. "La gente a veces quiere sentarse a escuchar música y olvidarse de los problemas, pero la música contemporánea no hace eso. No es un entretenimiento…Nos va a hacer reflexionar sobre los problemas"
Para cuando emergí de mis recuerdos, las manos del intérprete se lanzaban con violencia sobre las cuerdas del instrumento. Por la dirección de sus ojos y lo apretado de su entrecejo pude suponer que se acercaba irremediablemente al final de la partitura. Acaecía entonces una última erupción desgarrada y luego el estatismo, que dejaba al alarido perderse en la acústica de los recovecos. La quietud final dejaba a la tensión suspenderse en el silencio. Las respiraciones disonantes que sobrevolaban el anfiteatro parecían una continuación lógica de la pieza que concluía.
Hacia el final del concierto algunos rostros lucían compungidos y emocionados, otros rígidos y embargados de seriedad, algunos sonreían mientras batían sus palmas. Martin Devoto, reconocido violonchelista, ejecutaba entonces la clásica reverencia sobre el escenario. Debía escribir sobre mi experiencia. La hoja palidecía desnuda, para no sentir ese vacío escribí rápidamente: “No es amable, no es dócil, me inquieta y me exige”
Rodeadas de un aura profética, resonaban aún las palabras de Eduardo: “El arte no está para gustarle al público, eso es espectáculo, eso es mercado. El problema es que el público piensa que la música tiene que entretenerlo…La música contemporánea no se olvida de su público, simplemente no lo va a dejar tranquilo, lo va a hacer pensar”.
Conversando con uno de los compositores invitados la Forum: el alemán Malte Giesen comentó que estaba impresionado por la pasión que ponían las personas en este lado del mundo. “En Alemania trabajamos muy cómodos y tenemos a nuestra disposición muchos elementos…acá quizás no hay tantas posibilidades, pero con trabajo y esfuerzo logran sacar adelante cosas muy hermosas”
Mientras caminaba me pregunté cuántos supuestos erróneos pueden tambalearse y derrumbarse en tan solo un día. Encontrarme de frente con mis limitaciones me había devuelto una comodidad olvidada.
