Cuando la certeza es dudar. Debatir y reconfigurar la educación artística actual

Reseña: II Jornadas de Educación Artística. “Educación artística como práctica social y como derecho”. Eje II Educación Artística en escenarios alternativos en el sistema educativo. Actuales contextos sociales, políticos e institucionales.
Jueves 26 de Octubre 2017. Auditorio CePIA.

 

Por Cabrera Zapata Kevin (keviin_1693@hotmail.com)


Durante los días 25 y 26 de octubre se llevaron a cabo las II Jornadas de Educación Artística coorganizadas por la Universidad Nacional De Córdoba y la Universidad Provincial de Córdoba. En ella se reunieron docentes, talleristas, investigadores y equipos de investigación que disertaron y debatieron acerca de la educación artística bajo la premisa “Actuales contextos sociales, políticos e institucionales”.

Partiendo del Eje II: educación artística en espacios alternativos al sistema educativo, el jueves 26 en el auditorio del CePIA se trabajó bajo el tema “Educación artística como práctica social y como derecho” en donde se evidenciaron diferentes propuestas comprometidas con la construcción de una educación artística amplia, integradora y versátil. Una educación que sea capaz de captar diversas miradas, replantearse la propia práctica y descontracturar roles y contenidos. ¿Cómo lograrlo? Los expositores brindaron sus opiniones al respecto y las diferentes metodologías que emplean en su trabajo. A continuación nos detendremos en algunas de ellas. 

Al reflexionar sobre educación, arte y política. Según las disertantes María Fernanda Vivanco, María Mauvesin y Laura Sajeva (1), hay que comprender que la práctica de la educación artística es fluida y se mantiene en permanente cambio y que, al igual que la transformación que el mismo mundo sobrelleva diariamente, el arte, al concebirse como la mirada de ese mundo (Freire), debe reconstruirse también. Ésta premisa permite desarrollar una práctica horizontal entre docentes y alumnos por medio del respeto, en donde ambas partes intercambien sus conocimientos en un espacio que los une en el encuentro real. Dar sentido a la tarea, es decir a la práctica de la educación artística, es muy importante para la construcción identitaria de los participantes y poder, así, cambiar las cosas que no nos gusten en el mundo, siendo esto un compromiso y un trabajo político y social. 

Al deshacer estructuras convencionalizadas. Creando espacios en donde se permita la libertad de la práctica educativa, siendo avalada por la espontaneidad que el momento del encuentro genera. Podemos pensar así que la planificación llegaría a desarticularse a la hora de llevarla a cabo. Dejando que eso suceda, se pueden entrever prácticas, saberes e intercambios que de otro modo se verían ocultos. Estas ideas, pertenecen a Cristina Beatríz Tinnacher, Natividad Luz Zwilling, Dulce Yanil Delía Ahamendaburu (también disertantes en las II Jornadas de Educación Artística). Su trabajo en equipo les permitió concebir la educación artística como paralelismo a la salud (2), entendiendo que el arte es lúdico y que por ello contribuye hacia una transformación mutua entre el docente y los alumnos. Afirman así que “el arte es salud”, ya que se pueden comunicar cosas profundas, conscientes o inconscientes y a su vez, tan particulares que no se producirían de otra manera.

Al liberar el conocimiento, discutir los roles configurados y desafiar la categoría de lo correcto. En éste sentido la educación artística se ve vinculada en un compromiso con la realidad social, abordando temas y problemáticas dentro del contexto. Con ello, se otorga significación crítica, reflexiva y política a las obras de arte que se producen. Además, el conocimiento es compartido y por ende, los roles no se distribuyen entre quienes tienen saberes, y lo reparten y quienes carecen de ellos y los acaparan. Más bien, la construcción del conocimiento es colectiva, siendo todos los participantes capaces de aportar, desde su experiencia personal, al proyecto en el que se está trabajando. Con ello, la experiencia de la educación artística se construye no desde la búsqueda de una sabiduría elevada o superior, sino al contrario, trabajando desde el error, sin miedo a equivocarse. Como si fuera poco, el conocimiento que se genera no se mantiene cerrado en quienes lo construyen, sino que se crean mecanismos para alcanzar a todo aquel que quiera recibirlo y utilizarlo. Estas ideas sobre educación artística pertenecen a García, Adriana y su equipo de trabajo quienes las llevan a cabo en el “Taller Ambulante de Serigrafía” en la Biblioteca de Bella Vista, Córdoba. 

Al concebir el arte como mecanismo de empoderamiento colectivo. Así lo considera Valeria Cabrera (3), quien también nos presentó su trabajo en las Jornadas de Educación. Su proyecto educativo se basa en desarrollar estrategias que apunten a la transformación social partiendo de una problemática puntual que se haya evidenciado en el medio de trabajo y en el accionar de sus participantes. Es importante desarrollar la motivación de los miembros del grupo para que la participación sea activa dentro del taller.  Algo a tener en cuenta es que las propuestas de los encuentros tienen que pensarse desde la problemática como un mecanismo que permita la construcción del conocimiento (reflexivo y crítico) de tal conflicto. Se descarta así el intento recurrente que se tiene de coartar al participante de las ideas y conductas conflictivas que pueda presentar. Hay que comprender que los participantes mantienen  tales comportamientos ya que les son normalizados en su cotidiano contexto y que, el prohibirlos resulta un mecanismo de censura condicionando de este modo su  libertad a la hora de expresarse. La propuesta educativa se presenta entonces como una forma de enseñanza que construye el saber desde un encuentro con otros para reflexionar acerca de las propias conductas, lo que lleva al empoderamiento colectivo, es decir, a construir en conjunto alternativas superadoras de la realidad en la que vivimos.

Como pudimos observar, las diferentes propuestas educativas nos aportan nuevas miradas a la hora de construir proyectos educativos desde la enseñanza de las artes. A su vez, podemos evidenciar hilos conductores entre ellas, ideas que tienen en común pese a sus diversidades propositivas y contextuales. Podemos destacar la importancia que se le otorgan a las artes como mecanismos aptos para la transformación social, cultural y personal. Además, se comprende que para alcanzar resultados óptimos hay que comprender que el arte y la educación no pueden desarrollarse por fuera de la sociedad y la política y que por ende, los mecanismos de enseñanza deben plantearse metodologías que logren unir todos estos campos y permitirse emplear todos los aportes que cada uno de ellos tenga para con el proyecto. Otro aspecto que vinculan los grupos expositores es la capacidad de considerar que la práctica educativa debe ser replanteada constantemente para construir alternativas superadoras y no verse encajados en conductas repetitivas sin adaptación a los cambios sociales. Finalmente desarrollar la capacidad de crear una educación que desestime la diferenciación de roles (y de poderes) y la proposición de desarrollar conocimiento en conjunto, propiciando el encuentro para el intercambio de saberes entre todxs.

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Notas:

(1)  Sus conclusiones se basan en las experiencias vividas en talleres de actuación combinando el teatro, la música y las artes visuales, su proyecto lleva de nombre “Educación artística en espacios formales y no formales / Educación, Teatro y Política”.

(2) “El arte es salud” es el proyecto que llevan a cabo las educadoras Tinnacher Cristina Beatríz, Zwilling Natividad Luz, Delía Ahamendaburu y Dulce Yanil. Trabajan en el taller “PintArte” con alumnos que presentan diferentes grados de deficiencias mentales y con familiares y allegados de los mismos. 

(3) En busca de nuevos caminos de empoderamiento: Taller de creación multidisciplinaria para adolescentes y Proyecto “Tengo talento” son los proyectos educativos de Cabrera, Valeria Soledad de los cuales se basa su teoría.